Título: El instinto de la luz
Autor: Cristián Londoño Proaño (Quito, Pichincha, 1973)
Año de publicación: 2011
Edición: Auto-edición
Páginas: 129, 24 capítulos
Un día de abril, la vida de Awi Tenesaca, un joven campesino de un pueblo de los Andes, tiene un giro drástico cuando se entera que es el viñachiska del yachac del pueblo. Él es el hijo espiritual de Taita Wairi, un ser mágico y poderoso. Su vida rutinaria se transforma en una existencia con criaturas míticas y peligrosas situaciones. Sus aventuras transcurren entre Jahua Pacha y Uku Pacha: entre el mundo de arriba y el mundo de abajo. Su mentor, Taita Wairi, lo guía en la aceptación de su nuevo destino: salvar al pueblo de la venganza de un viejo enemigo.
"El instinto de la luz" es la novela de Cristián Londoño Proaño. Es una historia llena de intriga, escrita de manera visual y a un ritmo que atrapa al lector. Esta novela se desarrolla en la sierra ecuatoriana, en una zona cargada de magia, espiritualidad y armonía. Los mitos se mezclan con la realidad, haciendo de esta novela un relato espiritual con códigos y lenguajes propios, que navega entre el mundo andino y el occidental, concibiendo en el ser humano una conexión intrínseca, donde sus valores humanos se enlazan y prevalecen.
Bueno, ahora que podemos
decir por fin que la biblioteca está en marcha (un millón de gracias a Alfredo
Baldeón, sin cuyo trabajo no habría sido posible). El blog, definitivamente, ha
vuelto a la normalidad.
Aunque ya lo he repetido en
numerosas ocasiones, quiero recordar el motivo principal por el que abrí esta
página. Me desconcertaba el hecho de que, a pesar del reconocimiento que tuvo
la narrativa hispano-americana en el mundo entero durante el siglo XX, no
hubiera ningún autor ecuatoriano especialmente conocido. Siempre he mantenido
que la mejor forma de llegar a conocer el corazón de un país y de una sociedad
es a través de su literatura. Así pues, tuve oportunidad de conocer el corazón
del Ecuador y me sentí en la necesidad de difundirlo en la medida en que lo
permitieran mis limitados recursos. Por eso inicié este proyecto, y son muchas
las satisfacciones que me ha aportado personalmente.
Sin embargo nunca se me
había presentado una situación como esta. Hasta ahora los libros que he
comentado han sido los que han caído en mis manos, esto es, los poquísimos que
se han editado o distribuido en España y la pequeña biblioteca que he podido
dar forma en mis viajes a Ecuador. En esta ocasión, con el libro que hoy nos
ocupa, ha sido el mismo autor el que se ha puesto en contacto conmigo y me ha
remitido una copia de su obra para que la comente. Por supuesto, le he dado
prioridad absoluta. Qué menos.
En primer lugar quiero dar
las gracias a Cristián Londoño por depositar en mí su confianza. También quiero
aprovechar para animar a todos aquellos autores que deseen hacer lo mismo. A
fin de cuentas es de y para todos ellos. Mi cuenta de correo es freddytumbalobos@yahoo.es
Por otro lado esto supone
también un compromiso para mí. ¿Qué pasa si no me gusta? ¿Podría ser objetivo,
teniendo en cuenta que ha sido el mismo autor el que me ha ofrecido la novela?
Quiero creer que sí y que él no esperaría ni agradecería condescendencia por mi
parte pero, afortunadamente, no se me ha presentado esta disyuntiva. Esta
novela la he disfrutado.
“El instinto de la luz” es
una obra atípica dentro del panorama de la literatura ecuatoriana. Al menos en
los libros que he leído hasta el momento nunca me había encontrado con una
apuesta tan firme por la fábula. Y eso que el folklore local permite trabajar
de forma satisfactoria en el campo de la fantasía, como aquí se demuestra.
La historia narra las
aventuras de Awi Tenesaca, un joven de un pequeño pueblo de la sierra, que se
revela como heredero de las artes mágicas de Taita Wairi, una especie de
chamán. En el transcurso de la misma el protagonista cruza los umbrales de la
realidad, enfrentándose a las maléficas fuerzas que pretenden tomar nuestro
mundo.
Cristián Londoño se la juega
con este planteamiento, pues ya tenemos muchos referentes de historias
parecidas en la literatura juvenil y en el cine. Esto es, toma una plantilla
que ya conocemos, la del joven elegido por fuerzas que no comprende, el maestro
anciano y poderoso que le tiene que mostrar el camino hacia sus verdaderas
capacidades y el villano terrible, al que se enfrentó una vez el maestro pero
no pudo derrotar del todo. Sin embargo los clichés no suenan a gastado porque
plantilla y ambiente se funden en perfecta armonía. El autor acierta plenamente
con la ambientación. No se trata sólo de tomar como base la cosmogonía andina,
que también. El acierto, para mí, es presentar un escenario onírico y
atemporal, aún cuando la acción se desarrolla en el plano del mundo real. De
alguna forma me recordó al contexto intrahistórico que utilizaba Miguel de
Unamuno en algunas de sus nivolas: localizaciones pequeñas y aisladas, con las
mínimas referencias externas, de forma tal que puedan estar ubicadas en
cualquier lugar y en cualquier época. Lamentablemente creo que el autor quiebra
esa ilusión en momentos muy puntuales, utilizando neologismos (como “chequear”)
o expresiones y conceptos más modernos que sitúan la acción (al comenzar el
protagonista esta jugando penales con sus amigos, y en algún momento se hace
referencia a un traslado en coche). Ocurre pocas veces, y seguramente el autor,
al escribir, sí tenía en mente una época reciente, pero realmente creo que una
de las grandezas de la novela es poder situarla tanto en la actualidad como en época de la Colonia , y este efecto se
resquebraja en determinados puntos.
Respecto a los personajes
principales, me gusta la química entre maestro y alumno. Especialmente el hecho
de que, en determinadas ocasiones se insinúe que la confianza de Awi hacia Taita
Wairi no es completa. Por otro lado me cojean la mayor parte de los personajes
secundarios, que no están definidos con tanta profundidad como los
protagonistas y a menudo su personalidad se desdibuja y se confunda.
Lo que más echo de menos es
un villano con carácter. Aquí no es más que una amenaza estándar, una sombra
que se proyecta por los márgenes de la novela. Sin embargo aún no he dicho que
“El instinto de la luz” nace con vocación de continuidad, por lo que confío en
que esta impresión se anule en los siguientes volúmenes de la saga.
Por último sólo me queda
agradecer una vez más a Cristián Londoño por permitirme disfrutar de su
creación y recomendar a todo el mundo que la compre. Aunque la Biblioteca de Autores
Ecuatorianos ya esté en marcha, espero que me disculpen si en esta ocasión no
cuelgo la novela. Como comprenderán, sería un abuso de confianza por mi parte.
Además, necesito que la compren por motivos puramente egoístas. Quiero que el
autor continúe con la historia.
Puntuación: 83/100
¿Sabes si al ser auto-edición se puede conseguir en cualquier librería en Ecuador?
ResponderEliminarSi se la pueden encontrar en las librerías en todo el país, en: Libirmundi y Mrs. Books, que son las grandes tiendas de libros.
EliminarAdemás es fácil conseguirlo en formato digital. Éste, por ejemplo, es el acceso en la tienda Kindle:
Eliminarhttp://www.amazon.es/El-Instinto-Luz-ebook/dp/B004W9N78C/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1358372011&sr=1-1
He llegado al blog por casualidad, como suele pasar con la mayoría de blogs, y me he llevado una agradable sorpresa al conocer su interés por la literatura ecuatoriana. No solo me ha llamado la atención su interés, sino el trabajo que se ha dado para hacer las recopilaciones, las críticas y para facilitar las descargas de los libros. Soy ecuatoriana y vivo en España hace siete años -en O Barco de Valdeorras, para ser exacta-, estudié Literatura y aunque no ejerzo como escritora profesional, su blog se ha convertido en una herramienta fundamental para mí. Un saludo y espero con ansia sus nuevas publicaciones.
ResponderEliminarPaulina
(http://caminos-de-seda.blogspot.com.es/)
Muchas gracias, Pau. La verdad es que merece la pena mantener este blog con lectores como tú. Un saludo.
EliminarPor cierto, no he encontrado nada de Javier Vásconez ni Gonzalo Escudero (para mí, el mejor poeta ecuatoriano, aunque no sé si la temática del blog admite poesía o se se centra solo en narrativa). Son dos nombres importantes de la literatura ecuatoriana.
ResponderEliminarHe de admitir que no me atrevo a comentar poesía. Es algo tan personal que me siento incapacitado. No obstante te invito a ti, así como a cualquier otro lector, a enviarme comentarios sobre la obra que lo desee, que muy gustoso publicaré aquí. Me gustaría recordar que éste no quiero que sea un blog personal donde sólo hable yo de lo que me gusta, sino que sea una suma del esfuerzo de todos los que amamos la literatura ecuatoriana.
EliminarPor cierto, justo ahora estoy leyendo a Javier Vásconez, de manera que pronto habrá comentario. Muchas gracias de nuevo, Pau, y enhorabuena por tu página.